Herpes virus. Características generales.
![[Versión para imprimir] [Versión para imprimir]](/sites/all/modules/print/icons/print_icon.gif)
![[Recomendar a otros] [Recomendar a otros]](/sites/all/modules/print/icons/mail_icon.gif)
![[Versión PDF] [Versión PDF]](/sites/all/modules/print/icons/pdf_icon.gif) 
 Autores:
Dra. Aimée Festary Casanovas.
Dra. Vivian Kourí Cardellá.
Dra. Consuelo Correa Sierra.
Dra. Tania Roig Alvarez.
Dr. Roberto Guzmán Parrado.
Resumen:
Existen un grupo de infecciones que pueden producir defectos congénitos graves cuando se adquieren durante la gestación, y que tienen implicaciones serias en la morbi-mortalidad infantil, especialmente si la infección ocurre antes de las 20 semanas.
Herpes virus.Características generales.
Autores: Dra. Aimée Festary Casanovas MsC*, Dra. Vivian Kourí Cardellá  DrC** Dra.Consuelo Correa Sierra MsC**, DraTania Roig Alvarez DrC*,Dr  Roberto Guzmán Parrado MsC*.
* Hospital Gineco-Obstétrico ¨Ramón González Coro¨.
**Laboratorio de ITS, Departamento de Virología. Instituto de Medicina  Tropical ¨Pedro Kourí¨. Existen un grupo de infecciones que pueden  producir defectos congénitos graves cuando se adquieren durante la  gestación, y que tienen implicaciones serias en la morbi-mortalidad  infantil, especialmente si la infección ocurre antes de las 20 semanas.
Se ha utilizado el término TORCH, para agrupar las principales de éstas  infecciones. TORCH incluye: (T) toxoplasmosis, (O) otros agentes como  varicela y lúes, (R) rubéola, (C) Citomegalovirus (CMV) y (H) Virus  Herpes Simple (VHS) (1) .
Dentro de este grupo, el CMV y VHS, con frecuencia se asocian con  infección congénita o perinatal, con daño potencial al recién nacido. En  la mayoría de los casos, las alteraciones fetales que se producen  pueden presentar anomalías ecográficas similares, por lo que el médico  de asistencia necesita conocerlas a profundidad para poder realizar el  correcto manejo y seguimiento de las mismas
(1)
.
El CMV y VHS pertenecen a la Familia Herpesviridae, son virus envueltos,  con genoma de ácido desoxiribonucleico (ADN) de doble cadena y como  miembros de
esta familia, tienen la capacidad de producir infección latente en su huésped
natural, con períodos de reactivación intermitente, generalmente asociados a estados de inmunosupresión del individuo (2) .
Los estudios seroepidemiológicos han demostrado que ambos virus están  mundialmente diseminados entre las poblaciones humanas, desde los países  desarrollados hasta las comunidades aborígenes. La prevalencia es mayor  y el virus se adquiere en edades más tempranas de la vida, en los  países en vías de desarrollo y en los estratos socioeconómicos más bajos  de los países desarrollados, donde la prevalencia de anticuerpos frente  a CMV puede alcanzar hasta el 100% (3). Para el VHS, se ha descrito que  la seroprevalencia en el adultos es de 60-75% para VHS-1 y de 11-30%  para VHS-2 (4) .
La incidencia de la infección congénita por CMV oscila entre 0,5-2,2% en  los países desarrollados (3, 5), reconociéndose como un problema médico  importante debido a que causa daño al sistema nervioso central (SNC) y  otros órganos. En Estados Unidos de América (EUA), la infección por CMV  constituye la principal causa de malformación congénita. La mayoría de  los recién nacidos sintomáticos tienen alguna combinación de déficit  como retardo mental, parálisis cerebral, pérdida de la audición y  visión. Estas secuelas también ocurren en los niños con infección  congénita asintomática al nacer, aunque con una frecuencia menor que en  los sintomáticos (6-8) .
El tipo de infección materna (primaria o recurrente) es un factor  importante para el tipo de enfermedad en el feto/recién nacido. La  infección materna primaria es probable que provoque una infección  sintomática con daño significativo al SNC,
especialmente si ésta ocurre antes de las 16 semanas de gestación. Se ha
estimado que la infección por CMV constituye la primera causa de sordera neuro¬sensorial en los niños (6, 9, 10) .
Por otro lado, el herpes neonatal constituye una infección sistémica  grave con elevada morbi-mortalidad e incidencia variable (1,6-20 /100  000 nacimientos). La mayoría de las infecciones se adquieren en el canal  del parto a partir de secreciones maternas infectadas, pero el herpes  neonatal también puede adquirirse postnatalmente y ha sido descrita la  transmisión intraútero por vía hematógena (1, 11) .
La sospecha o el diagnóstico de infección congénita por CMV o VHS en la  gestante debe ir seguido de la confirmación en el recién nacido antes de  las 2 primeras semanas de vida. La técnica más sensible es la detección  del ADN del CMV en orina o suero, acompañada de la detección de IgM en  el neonato. Por el contrario, una primera detección de cualquiera de los  virus antes mencionados o de IgM específica, a partir de las 3 semanas  de vida puede corresponder a una infección adquirida intraparto o  postnatalmente (1, 12) .
Existen dos reportes previos de la prevalencia de CMV en gestantes y la  incidencia de infección congénita en recién nacidos en Cuba, el último  estudio se realizó en el 2007-2008 y resultó en una elevada  seroprevalencia y en una incidencia intermedia de infección congénita  por CMV (8, 10). Aún más, no hay estudios de seroprevalencia ni de  frecuencia de excreción de VHS en gestantes cubanas, y se desconoce la  incidencia de infección congénita por este virus en los neonatos.
Características generales de la Familia.
El término herpes viene del latín herpes que, a su vez, viene del  vocablo griego herpein que significa trepar, que refleja la naturaleza  de las lesiones cutáneas causadas por algunos herpes virus (13) .
Los herpes virus están ampliamente diseminados en la naturaleza. La  mayoría de las especies animales están infectadas al menos con un herpes  virus. Existen por lo menos 200 virus en la familia Herpesviridae  (actualmente dividida en tres sub¬familias), sin embargo solo 8 de ellos  se conocen que infectan habitualmente a los humanos (13, 14) . Ellos  son: Virus Herpes simple Tipo 1 (VHS-1), Virus Herpes Simple Tipo 2  (VHS-2), Virus Epstein Barr (VEB) Citomegalovirus (CMV), Virus Varicela  Zoster (VVZ), Virus Herpes Humano 6 (VHH6), Virus Herpes Humano 7  (VHH7), Virus Herpes Humano 8 ó herpes virus asociado al sarcoma de  Kaposi (VHH8 ó HASK) (13) .
Los miembros de la familia Herpesviridae comparten 4 propiedades biológicas significativas:
1. Ellos codifican para una gran cantidad de enzimas virales  involucradas en el metabolismo de los ácidos nucleicos (Ej: timidina  quinasa, timidalato sintasa, dUTPasa, ribonuclétido reductasa), en la  síntesis del ADN (Ej: ADN polimerasa, helicasa, primasa), y  procesamiento de proteínas (Ej: protein quinasa).
2. La síntesis del ADN viral y el ensamblaje de la cápsida ocurre en el  núcleo celular, mientras que el procesamiento final del virión tiene  lugar en el citoplasma.
3. La producción de progenie viral infecciosa es invariablemente acompañada de destrucción de la célula infectada.
4. Todos los herpes virus son capaces de mantenerse en estado latente en  su huésped natural. Dentro de las células que portan el virus latente,  el genoma viral adquiere forma circular y solo se expresan algunos genes  virales, asociados a la latencia. Los genomas latentes mantienen la  capacidad de replicarse y producir enfermedad cuando se reactiva el  virus.
Los mecanismos moleculares que conducen a la reactivación del virus de  su estado de latencia, no están completamente dilucidados y pueden  variar de un virus a otro. El virus puede estar simultáneamente latente  en unas células y activo en otras. Aún más, puede haber virus  replicándose y excretándose sin producir sintomatología (Ej. excreción  asintomática de VHS).
Una vez que un individuo adquiere la infección por alguno de los herpes  virus, el virus persiste de por vida. La infección primaria es seguida  de un período de latencia que suele ser variable entre individuos y que  alterna con períodos de reactivación o recurrencia. Tanto la infección  primaria, como las recurrencias virales pueden cursar de manera  asintomática o producir síntomas variables que van a depender de muchos  factores entre los que se destaca el estado inmunológico de los  individuos infectados. Los herpes virus infectan la mayor parte de la  población humana, por lo que las personas adultas usualmente tienen  anticuerpos frente a la mayoría de los herpesvirus mencionados, a  excepción del VHH-8, cuya prevalencia de infección es menor (13, 14) .  Algunas características de los herpesvirus se aprecian en la Tabla 1.
Tabla 1. Propiedades de los herpesvirus humanos.
Estructura de los herpesvirus.
Los herpesvirus son virus envueltos que miden entre 120 y 300 nanómetros  (nm) de diámetro. La envoltura viral está constituida por una bicapa  lipídica (que se adquiere del huésped) con aproximadamente 11  glicoproteínas virales diferentes insertadas en ella que forman  espículas de 8 nm (Figura 1) (13, 14) .
El espacio entre la envoltura y la cápsida se denomina tegumento. El  tegumento es un material amorfo, asimétrico que rodea la cápsida y está  compuesto por
lípidos, glicoproteínas y poliaminas, su grosor influye en la variabilidad de la talla
del virión. El mismo contiene al menos 20 proteínas codificadas por el  virus y enzimas involucradas en la iniciación de la replicación. Estos  virus tienen una cápsida icosaédrica, la que contiene 162 capsómeros. El  genoma está constituido por ADN lineal de doble cadena enrollado en  forma de carrete y que codifica para alrededor de 80 polipéptidos; el  tamaño del mismo difiere entre los diferentes miembros de la familia,  siendo el CMV el que contiene el genoma más largo (13, 15) .
Figura1. Estructura de los herpes virus.
Replicación de los herpes virus.
1) Adhesión a la superficie celular y fusión: El tropismo celular está  determinado por la disponibilidad de los receptores específicos en la  superficie de la célula a ser infectada. El virus se une a la membrana  celular a través de la unión de las glicoproteínas virales con los  receptores específicos de la célula infectada (Familia de receptores de  Factor de Necrosis Tumoral, presente en células linfoides; la  superfamilia de las inmunoglobulinas (HveB, HveC y HIgR), presentes en  células humanas y no humanas; y el 3-O-heparin sulfato, ampliamente  distribuido en células humanas). La amplia distribución de estos  receptores en la mayoría de los tipos celulares permite la diseminación  célula-célula y el variado tropismo de estos
virus. Posteriormente, se produce la fusión de las envolturas virales y celulares
seguidos de la liberación de la cápsida-tegumento en el citoplasma de la célula (13,
14)
. 2) Entrada de la nucleocápsida al citoplasma: La nucleocápsida rodeada  de tegumento es transportada a la membrana nuclear a la que se une. El  ADN se libera al núcleo a través de canales presentes en el tegumento,  participando las proteínas VP1-3, Una vez en el núcleo, el ADN viral se  circularía rápidamente, promovido por proteínas virales y celulares, o  por recombinación de secuencias terminales presentes en el genoma viral  (13, 14) .
3) Transcripción y replicación viral: La transcripción de los genes  virales en ácido ribonucleico (ARN) mensajero ocurre en el núcleo,  mientras que la síntesis de proteínas ocurre en el citoplasma. Este es  un proceso complejo que incluye la síntesis de tres clases de proteínas  en forma de cascada que son necesarias para la producción de un virus  maduro.
-Proteínas alfa: Estas son las proteínas inmediatas tempranas y están  involucradas en la regulación del ciclo replicativo e inducción de la  síntesis de los genes beta (tempranos)
-Proteínas beta. Estas son las proteínas tempranas y están implicadas en  la replicación del ADN (entre estas se incluyen la ADN polimerasa y los  factores de transcripción). Son enzimas responsables del metabolismo de  ácidos nucleicos, apagan la síntesis celular y promueven la replicación  viral. Estas proteínas son blanco de la terapia antiviral, siendo  esenciales para la activación de los inhibidores.
-Proteínas gamma. Estas son las proteínas de fase tardía y son componentes
estructurales del virus. La síntesis de gamma proteínas comienza después del inicio de la replicación del ADN (13, 14) .
La transcripción de los genes es dependiente tanto de factores nucleares  de la célula como de proteínas codificadas por el virus. El control del  ARN mensajero viral, y por tanto, de la síntesis de proteínas virales,  determina si la infección llevará a la producción de nuevas partículas  víricas y de muerte celular (una infección lítica), a una infección  persistente o a la latencia (13, 14) .
4) Ensamblaje y liberación del virus: Las cápsidas virales son  ensambladas en el núcleo de la célula. El ADN es clivado y empaquetado  en el interior de las cápsidas vacías. Las proteínas de unión al ADN  (VP12 y VP13) participan en el proceso de encapsidación del ADN. Las  cápsidas se unen a regiones modificadas de la membrana nuclear y  adquieren una envoltura por gemación a través de la membrana nuclear. El  virus se fusiona a la membrana externa nuclear liberándose la cápsida,  nuevamente desnuda, al citoplasma.
La cápsida citoplasmática desnuda, migra a una vesícula emergida de  Golgi (donde previamente fueron glicosiladas las proteínas de envoltura)  y penetra a la misma por gemación adquiriendo su envoltura definitiva, y  quedando envuelta a su vez por la membrana de la vesícula. La vesícula  conteniendo al virus envuelto migra a la superficie celular. Finalmente  ocurre la fusión de la membrana de la vesícula a la membrana celular y  la liberación al exterior de la partícula infectiva mediante exocitosis  (13, 14) .
La identificación de un recién nacido con infección congénita o perinatal, por los
virus antes mencionados, es necesaria para poder realizar un seguimiento  del mismo e identificar tempranamente las complicaciones clínicas que  aparezcan en el período neonatal o las secuelas auditivas, visuales, o  del desarrollo psicomotor que pueden no ser detectables al nacimiento  pero que necesitan de una intervención precoz. Para ello resulta  imprescindible la identificación de gestantes en riesgo de transmitir la  infección a sus neonatos durante el período prenatal o perinatal.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
1. Barcelona C. Guías clínicas infecciones TORCH. Protocolo:Infecciones  TORCH y por Parvovirus B19 en la gestación. Barcelona2011 [cited 2012  23/11]; Available from:  http//www.medicinafetalbarcelona.org/clínica/images/p.
2. Revello MG, Gerna G. Diagnosis and management of Human  Cytomegalovirus infection in the mother, fetus and newborn infant.  Clinical Microbiology Reviews. 2002;15(4):680-715.
3. Schleiss MR. Congenital Cytomegalovirus Infection: Update on  Management Strategies. Curr Treat Options Neurol. 2008;10(3):186-92.
4. Boppana SB, Fowler KB. Persistence in the population: epidemiology  and transmisson. In: Arvin A, Campadelli-Fiume G, Mocarski E, Moore PS,  Roizman B, Whitley R, et al., editors. Human herpesviruses: Biology,  Therapy, and Immunoprophylaxis. Cambridge: Cambridge University Press  2007; 2007.
5. Senok AC, Giacometti L, Botta G. Human cytomegalovirus infections in  preganancy and the newborn: epidemiology, laboratory diagnosis and  medico legal aspects. Kuwait Medical Journal. 2006;38(2):85-93.
6. Mocarski ES, Shenk T, Pass R. Cytomegaloviruses. In: P.M. H, Knipe DM,
editors. Fields Virology, 5th Edition. 5th Edition ed: Linppicotts Williams and Wilkins; 2007. p. 2702-57.
7. Lackner A, Acham A, Alborno T, Moser M, Engele H, Raggam RB, et al.  Effect on hearing of ganciclovir therapy for asymptomatic congenital  cytomegalovirus infection: four to 10 year follow up. J Laryngol Otol.  2009;123(4):391-6.
8. Correa CB, Kourí V, Verdasquera D, MartÚnez PA, ?lvarez A, Aleman Y,  et al. HCMV seroprevalence and associated risk factors in pregnant  women, Havana City, 2007 to 2008. Prenatal Diagnosis. 2010;30:888-92.
9. Michaels MG. Treatment of congenital cytomegalovirus: where are we now? Expert Rev Anti Infect Ther. 2007;5(3):441-8.
10. Kouri V, Correa CB, Verdasquera D, Martinez PA, Alvarez A, Aleman Y,  et al. Diagnosis and screening for cytomegalovirus infection in  pregnant women in Cuba as prognostic markers of congenital infection in  newborns: 2007-2008. Pediatr Infect Dis J. 2010;29(12):1105-10.
11. Roizman B, Knipe DM, Whitley RJ. Herpes Simplex Viruses. In: Knipe  DM, Howley PM, editors. Fields Virology. Philadelphia: Lippincott  Williams & Wilkins; 2007. p. 2503-601.
12. Mace M, Cointe D, Six C, Levy-Bruhl D, Parent du Chatelet I, Ingrand  D, et al. [Assessment of the diagnostic value of RT-PCR on amniotic  fluid for prenatal diagnosis of congenital rubella infection]. Pathol  Biol (Paris). 2004;52(9):540-3. Epub 2004/11/09. L'infection rubeolique  maternofoetale: apport de la biologie moleculaire.
13. Dolan A, Cunningham C, Hector RD. Genetic content of wild-type human cytomegalovirus. J Gen Virol 2004;85(Pt 5):1301-12.
14. Mocarski ES, Shenk T, Pass RF. Cytomegaloviruses. In: Knipe DM,  Howley PM, editors. Fields Virology. Philadelphia: Lippincott Williams  & Wilkins; 2007. p. 2703-72.
15. Davison AJ, Dolan A, Akter P, Addison C, Dargan DJ, Alcendor DJ, et  al. The human cytomegalovirus genome revisited: comparison with the  chimpanzee cytomegalovirus genome. J Gen Virol. 2003;84:17-28.
- Ingrese o registrese para que pueda enviar comentarios.
![[Versión para imprimir] [Versión para imprimir]](/sites/all/modules/print/icons/print_icon.gif) 
![[Recomendar a otros] [Recomendar a otros]](/sites/all/modules/print/icons/mail_icon.gif) 
![[Versión PDF] [Versión PDF]](/sites/all/modules/print/icons/pdf_icon.gif) 

